Instagram está de quinceañera y nos recuerda el viaje del filtro Valencia al universo de los Reels. Hace 15 años, una simple app para compartir fotos se transformó en un fenómeno global que redefinió la comunicación, el marketing y la cultura visual. Instagram, nacida como un experimento entre dos jóvenes emprendedores en San Francisco, hoy conecta a más de tres mil millones de personas en una red donde la creatividad, la inmediatez y la influencia se mezclan en tiempo real. Su historia es también la de nuestra era digital: una evolución constante entre la inspiración, la conexión y la búsqueda del “me gusta” perfecto.
6 de octubre, 2025.- Han pasado 15 años desde el lanzamiento de Instagram, una de las plataformas de redes sociales más grandes del mundo. La red social ha recorrido un largo camino desde el 6 de octubre de 2010, cuando fue fundada por los graduados de la Universidad de Stanford Kevin Systrom y Mike Krieger como una aplicación para compartir fotos llamada Burbn, en San Francisco, California.
Para diciembre de ese mismo año, la aplicación —ya rebautizada con el atractivo nombre de Instagram, una combinación de las palabras instant (instantáneo) y telegram— había captado el interés de alrededor de un millón de usuarios. La plataforma continuó ganando popularidad, alcanzando 10 millones de usuarios en septiembre del año siguiente.
Después de que Mark Zuckerberg, CEO de Meta (antes Facebook), comprara Instagram por 1.000 millones de dólares en 2012, la plataforma siguió creciendo hasta alcanzar fama mundial. Para diciembre de 2014, contaba con 300 millones de usuarios activos mensuales. Y para septiembre de 2025, superaba los tres mil millones.
Según los datos del Banco Mundial, la población mundial actualmente alcanza 8,2 mil millones de personas; lo que significa que 36.59% de la población mundial usa Instagram o mínimamente tiene una cuenta en la plataforma.
A lo largo de los años, la aplicación ha evolucionado de muchas maneras, con funciones que han aparecido y desaparecido. Entre los hitos técnicos más notables se encuentra la incorporación de la función de video en junio de 2013, que allanó el camino para el lanzamiento de Stories en 2016, una herramienta que permite compartir fotos y videos que desaparecen automáticamente del perfil 24 horas después de su publicación.
En noviembre de ese mismo año, Instagram introdujo su función de transmisión en vivo, que permite a los usuarios emitir videos en tiempo real e interactuar con su audiencia a través de comentarios y reacciones. En 2018, la empresa lanzó Instagram TV (IGTV) como una aplicación independiente, ofreciendo videos de formato largo y vertical de hasta una hora de duración. Sin embargo, más adelante fue descontinuada e integrada nuevamente en la aplicación principal de Instagram, como parte de sus “esfuerzos por hacer que el video sea lo más simple posible de descubrir y crear”.
La función de Reels se lanzó oficialmente en agosto de 2020, como respuesta de Instagram a TikTok, centrada en videos cortos y entretenidos. Los usuarios podían grabar y editar videos de 15 segundos con múltiples clips, audio y diversos efectos, que luego podían compartir en su Feed. Desde entonces, Instagram ha ido ampliando la duración máxima de los videos: 60 segundos en julio de 2021, 90 segundos en 2022 y 180 segundos en enero de 2025.
Los algoritmos de Instagram también han cambiado con el tiempo. Si bien la app comenzó mostrando las publicaciones en orden cronológico, en 2016 adoptó un algoritmo que ordenaba el contenido según métricas como la interacción (comentarios, “me gusta” y compartidos), la actualidad de la publicación y la relación del usuario con la cuenta que la emitía. Estos algoritmos han seguido evolucionando, aunque los detalles exactos nunca se han hecho públicos.
Si bien Instagram fomenta la creatividad, apoya el marketing empresarial y ayuda a los usuarios a mantenerse conectados, también ha sido ampliamente criticada por afectar la salud mental, especialmente entre los jóvenes, al promover comparaciones de estilo de vida y un uso excesivo de las pantallas.
Por el lado del marketing digital, Instagram no solo cambió la forma en que compartimos momentos, sino también cómo las marcas conectan con las personas. En 15 años, pasó de ser una app para editar y subir fotos a convertirse en una de las plataformas más influyentes del mundo, con más de tres mil millones de usuarios y un ecosistema donde el contenido visual dicta las reglas del juego.
Desde los primeros filtros hasta los Reels, Instagram ha sido el laboratorio donde nacen tendencias, se consolidan comunidades y se reescriben las estrategias de marketing en tiempo real. Campañas enteras se realizan en la plataforma en las que las marcas son las protagonistas, los influencers se destacan (o no) según los posteos y ahora, la plataforma también se convierte en shoppable.
Instagram permite crear contenido o publicaciones que permiten comprar directamente desde la plataforma. Existen los shoppable posts que son las publicaciones con opción de compra y los shoppable videos, es decir videos que permiten adquirir productos directamente
En español, se suele traducir como “comprable”, “contenido con opción de compra” o “contenido comprable”, aunque en el ámbito de marketing digital se mantiene muchas veces el término inglés shoppable por familiaridad (como de costumbre).
